jueves, 26 de febrero de 2009

¿Qué pasa con EEUU? 2° Parte.

LA FUERZA NUMERO DOS ESTABA DESARTICULADA

Con la desaparición sucesiva de sus líderes, Patton, Forrestal, MacArthur, McCarthy y de numerosos generales que fueron retirados del mando, la Fuerza Número Dos se hallaba desarticulada en el periodo en que Cuba fue entregada al comunismo. La infantería de esa fuerza seguía siendo la mayoría de los ciudadanos, pero estos sólo pueden actuar en el momento de las elecciones. Y en la elección de Eisenhower sufrieron el colosal engaño de haber creído que elegían a un caudillo anticomunista.

Sin embargo, los acontecimientos de Cuba hicieron renacer la inquietud de varios sectores y el Senado inició una investigación. El 30 de agosto de 1960 el ex embajador Smith fue llamado a declarar. Dijo que Castro Ruz nunca ganó una batalla militar; que sólo realizó actos terroristas; que de haber sido imparcial Estados Unidos, Batista hubiera entregado pacíficamente el poder al presidente electo Rivera Agüero; que Estados Unidos influyó para que los militares y líderes obreros cesaran su apoyo a Batista; que la prensa americana apoyó a Castro; que la prohibición de venderle armas a Batista fue devastadora psicológicamente. "Sin los Estados Unidos -agregó-, Castro no estaría hoy en el poder. Más claramente no lo puedo decir".

El embajador en México, Robert C. Hill, rindió después una declaración semejante.
Emb. Robert C.Hill

Entre tanto, la URSS ya había enviado a Cuba grupos de expertos para organizar a la policía secreta y formar los cuadros de las nuevas milicias adoctrinadas en marxismo. A esos expertos les seguiría luego una brigada de combate de tropas soviéticas, que seria la "élite" para consolidar a Castro. Los depósitos bancarios superiores a diez mil pesos fueron confiscados. Se decretó la nulidad de la moneda en circulación a fin de dejar sin ahorros a quienes los tenían en su casa; se estableció la educación anticatólica; se prohibieron los colegios particulares; se empezó a montar el sistema de racionamiento; se suprimió la libertad de información; se abolieron las elecciones; se puso fin a la "autonomía universitaria"; se disolvieron los sindicatos y se convirtió en delito el paro o la huelga. Los brotes de descontento fueron ahogados en sangre. El más leve acto de oposición costaba cárcel por tiempo indefinido.

Ante la evidencia de todo eso, Eisenhower se cubrió las espaldas mediante la ruptura de relaciones con Cuba. El presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, de México, licenciado Emilio Sánchez Piedras, declaró en la Cámara: "En este instante crítico para la hermana República de Cuba, cuando parece ser que nuestro vecino del Norte cierra las puertas de la amistad y comprensión frente a los anhelos del pueblo cubano de vivir en la libertad, y en la independencia económica, nosotros, los representantes del pueblo de México, le reiteramos al pueblo cubano la misma actitud de solidaridad y le volvemos a decir que estamos ciertos que su derecho a vivir en la justicia social y en la libertad económica habrán de prevalecer" (Julio 8 de 1960). Evidentemente nosotros estábamos alineados con la Fuerza Número Uno.
Emilio Sanchez Piedras

OPORTUNIDAD FAVORABLE PARA LA FUERZA NUMERO DOS

En noviembre de ese año de 1960 hubo elecciones presidenciales en Estados Unidos. Por los republicanos jugó Richard Nixon, nacionalista y combatiente contra el comunismo. Por los demócratas jugó John F. Kennedy, un joven apuesto, ex marino en la guerra contra el Japón, condecorado con la Medalla de la Marina y el Corazón Púrpura. En enero de 1961 se convirtió en el primer presidente católico de Norteamérica.

John F Kennedy
Kennedy tenía influencia izquierdizante por parte de su padre, que fue servidor de Roosevelt, y además sus adversarios y hasta sus partidarios le habían hecho aceptar a procomunistas radicales en su Gabinete, como Wiesner, miembro del "pugwash" y partidario de hacer concesiones a Moscú; McNamara, Averell Harriman, Abraham Ribicoff, Arthur J. Gotdberg, Douglas Dillon, Walt Withman Rostow, Adlai Stevenson, Orville Freman, james M. Landis, Adam Yarmolynsky, Eugene Ghirona Fubini, Abb Schwarts y Arthur Schlesinger, quien afirmaba que no se debía combatir al comunismo, ni tratar de cambiar los regímenes en países ya comunizados.
Joseph Kennedy y Roosevelt 1938

Además, Kennedy llevaba como vicepresidente a un adversario suyo, Lyndon Baynes Johnson, particularmente roosveltiano, hijo de Samuel Elias Johnson y de Rebekah Baynes.

Aunque izquierdizante, oportunista y con ese equipo nada nacionalista, hay muchas evidencias de que Kennedy veía con desagrado lo que sucedía en Cuba y estuvo inicialmente de acuerdo en que pilotos cubanos refugiados en Estados Unidos, con todo y aviones, participaran en una invasión que cubanos con base en Guatemala y Nicaragua se proponían realizar en la Isla. Sin embargo, en el último momento titubeó y cedió a presiones de altos colaboradores suyos, por lo cual canceló el permiso para que los aviones salieran desde territorio americano.














Los presuntos libertadores quedaron sin apoyo en el momento del desembarque, en Playa Girón (Bahía de Cochinos), y fueron muertos o capturados (abril de 1961). Castro Ruz afianzó más su dominio y exigió y obtuvo un rescate de 53 millones de dólares, en mercancías, por libertar a 1.179 prisioneros. El prestigio de Kennedy se vio sensiblemente herido. Castro pudo declarar ufano: "Cuba se siente con derecho a promover la Revolución en América latina" (10. de mayo de 1961).

Una nueva y más grave crisis se planteó el año siguiente, en octubre de 1962, cuando Kennedy denunció que 105 soviéticos estaban construyendo emplazamientos de cohetes atómicos en Cuba y exigió que fueran retirados. Los emplazamientos apuntaban hacia el sur de Estados Unidos cosa que provocó alarma y algunos habitantes empezaron a huir hacia el norte.
Armas sovieticas rumbo a cuba

¿Kennedy sufrió un sacudimiento positivo?.. ¿Vio en ese suceso la oportunidad de recuperar prestigio?.. Quién sabe, pero el hecho es que dio algunos pasos decididos.

Robert Kennedy -quien había hecho méritos para ubicarse entre los radicales del harvardismo y de la "integración racial" -refiere en sus Memorias que el día en que la crisis era más grave vio que su hermano estaba cansado, bajo una gran presión, pero resuelto a invadir a Cuba.

La base de Guantánamo ya había sido reforzada y navegaban cerca de la Isla cuarenta barcos de guerra con tropas de desembarque.

Ese día se hicieron veintenas de llamadas telefónicas a toda Iberoamérica, comunicando el peligro de que en Cuba se montaran armas nucleares y la determinación de destruirlas. The New York Times" se quejaba de que era una decisión "unilateral", como si pudiera ser de otro modo.







João Goulart








Presidente Janio Quadros

El presidente mexicano López Mateos regresaba de Filipinas y su avión hizo una escala en Hawai, donde dos generales americanos le comunicaron lo que estaba ocurriendo. López Mateos no hizo objeciones a la invasión. Argentina ordenó el envío de dos barcos de guerra al Caribe, en apoyo a Estados.Unidos; Costa Rica se mostró Conforme; sólo Brasil-bajo el régimen prosoviético de Quadros y Goulart- comentó que Cuba tenía el derecho a darse el régimen de gobierno que quisiera. El general Maxwell Taylor, Jefe de los Estados Mayores Conjuntos, y el general Walter C. Sweeney, comandante de la Estrategia Aérea, aconsejaban a Kennedy que se lanzara un bombardeo previo a la invasión, con 500 "despegues", para arrasar las plataformas de misiles y neutralizar la artillería soviética a cargo del general Igor Statzenko.

Robert, hermano de Kennedy, escribió en sus Memorias: "Nuestra lucha contra el comunismo es algo más que la supervivencia fisica; es, esencialmente, nuestra herencia y nuestras ideas, y eso no podemos anularlo".

En contra de la opinión de los asesores militares, otros allegados a Kennedy presionaban para disuadirlo, entre ellos el ex presidente Eisenhower, y particularmente el Secretario de la Defensa, MacNamara, quien decía que bastaba con evitar que los barcos soviéticos que transportaban cohetes llegaran a Cuba, para lo cual convenía declarar una "cuarentena", especie de "bloqueo selectivo".
Kennedy estaba tan resuelto a invadir Cuba que te recordó al embajador soviético Adjubei que los americanos no habían intervenido cuando la URSS invadió Hungría, y que los soviéticos no deberían intervenir en la inminente invasión americana de Cuba.

Entonces ocurrió el anunció de Krushchev, de que se llevaría sus cohetes y se desmontarían los emplazamientos. El oso soviético no era tan bravo como parecía... El jefe de la ONU, UThant, viajó a Cuba y el general Statzenko reiteró que los cohetes ya estaban siendo retirados, cosa que la aviación americana comprobó.

Los cubanos hicieron burla del asunto, y según refiere el periodista Hernán Uribe, de "Excelsior", se popularizó el estribillo de "Nikita; Mariquita, lo que se da no se quita"...

Nixon refiere que el general MacArthur calificó a Kennedy de "tonto" por no haber consumado la invasión, pero que estaba convencido de que al final Kennedy liberaría a Cuba. "Ahora no es el momento, pero más tarde deberá hacerlo y lo hará", decía el general.

En efecto, hay indicios de que Kennedy siguió alentando la idea de la invasión y de que resolvió postularse para un segundo periodo contrariando a sus consejeros.

Le decían que se corría el riesgo de que el Partido Demócrata perdiera el poder tan penosamente conquistado, pero él alegaba que liberando a Cuba, en víspera de las elecciones, tendría asegurado el triunfo.

Significativamente, Kennedy se postuló de nuevo con mucha anticipación, casi en forma sorpresiva, e inició su gira de propaganda en noviembre de 1963. En Miami habló ante los cubanos exiliados y prometió que esa bandera -la cubana ahí presente- ondearía pronto en Cuba liberada. De Miami se fue a Dallas, donde fue muerto el día 22 del mismo mes.

Lee Oswald disparó contra Kennedy, aunque se afirma que hubo otro tirador quien realmente le dio el tiro mortal. La policía buscaba a Oswald; un patrullero le marcó el alto y Oswald lo mató, después de lo cual fue a esconderse en un cine, donde finalmente lo capturaron. Al dia siguiente había empezado a declarar, pero hubo orden de cambiarlo de prisión y cundo lo conducían por un pasillo fue asesinado por el letón Jacob León Rubinstein, quien tiempo después murió de cáncer. (Así fueron siendo "silenciados" otros presuntos implicados en el crimen).

El hecho de que las investigaciones fueran sacadas de la jurisdicción de Texas y monopolizadas por Eari Warren, miembro del grupo Roosevelt-Eisenhower-Johnson, dejó una sombra de sospechas. El senador Fesnterwald llegó a decir que el verdadero motivo de esa maniobra fue proteger a quienes se hallaban detrás del asesino. También se ha hablado mucho de que no fueron accidentales las muertes de 17 personas que en alguna forma sabían algo acerca de Oswald, de su estancia en Moscú, de su planeada huida a Cuba, de Rubinstein, el silenciador" de Oswald, etcétera.

Tiempo después el senador Robert Kennedy también fue asesinado en forma que tampoco ha sido aclarada. Se afirma que sabía mucho acerca de la muerte de su hermano y que pensaba revelarlo.

Respecto al otro hermano, Edward, todavía en 1984 se publicó que también tenía datos valiosos, pero que estaba acobardado y que por eso siempre hablaba en favor del comunismo.

¿La muerte de Kennedy era necesaria para conservar la base comunista de Cuba y para que no se interrumpiera el programa que luego se siguió en Centroaméríca?

Con Johnson, como sucesor de Kennedy, Castro Ruz se sintió ya más seguro. El viraje fue tan considerable que en esa época McNamara -como Secretario de la Defensa- redujo unilateral mente el programa nuclear americano y permitió que la URSS "avanzara para alcanzamos", según dice el ex presidente Nixon ("La verdadera guerra").

Robert Mcnamara

Rockefeller visitó en Moscú al dictador Krushchev y declaro: "Ha sido una de las conversaciones más interesantes que he celebrado en mi vida. Nos conocemos bien. Hace tiempo que tenemos la costumbre de trabajar juntos". La Cúpula Financiera estaba ampliando su crédito a la URSS, con un interés menor que el vigente para los ciudadanos americanos, y patrocinando un complejo plan para propiciar las exportaciones soviéticas.

Rockefeller y N.Krushef


Y quizá porque los militares habían estado de acuerdo en el plan de invadir a Cuba, el Departamento de Estado propició la producción de una serie de películas en contra de ellos, como "Siete días de mayo", y otras en que se les presentaba como locos enemigos de la URSS.

CASTRO RUZ BAJO MÚLTIPLE PATROCINIO

El comunismo asentado en Cuba tiene como madre a la URSS y como padre a la Fuerza Número Uno de Estados Unidos, aunque para fines publicitarios prefiere negar al padre. Evidentemente en Cuba convergen diversas fuerzas protectoras que no han podido ser removidas por los electores norteamericanos ni por el repentino cambio de Kennedy, ni por tos presidentes Nixon y Reagan. No es la remota fuerza militar soviética, ni las milicias cubanas lo que impide liberar a Cuba. El apoyo más fuerte lo recibe de Washington. Es falso que la liberación de Cuba encendería una guerra nuclear universal. La URSS no lucharía a 15.000 kilómetros de sus bases, y así lo demostró en la crisis de los cohetes en 1962. Pero el presidente americano que tocara a Cuba se expondría a represalias procedentes de su mismo campo. Ya fuera una crisis económica, un Watergate o un asesinato.

¿Y en cuanto a la Iglesia, cuyo poder espiritual está presente en todo el mundo?.. Aquí se toca un punto doloroso para todo católico. Durante la lucha terrorista del castrismo hubo sacerdotes y monjas que simpatizaban con Castro, pero eran minoría. Algunos lo hacían de buena fe, movidos por una bondad fuera de lugar. Bien pronto Castro Ruz evidenció su odio anticristiano.

En consecuencia, y después de agotar gestiones privadas, el 8 de mayo de 1960 los obispos cubanos firmaron una pastoral condenando al comunismo y empezaron a hablar en los templos acerca de la situación de Cuba. Las represalias fueron inmediatas.

El joven poeta Armando Valladares, empleado en el Ministerio de Comunicaciones, no ocultó su discrepancia con el comunismo, ni su fe religiosa, por lo cual se le acusó de "contrarrevolucionario" y estuvo preso 22 años. Ahora, en el exilio, dice en su libro "Contra toda esperanza": "El 26 de junio de 1961 el vapor Marques de Comillas llegaba al puerto de La Coruña, España, con cientos de religiosos y sacerdotes expulsados de Cuba. El 17 de septiembre de 1961 Castro desterró a otros 136 sacerdotes católicos. La agresividad del gobierno cubano indudablemente que tuvo un efecto decisivo, porque desde entonces la actitud de la Iglesia católica en Cuba dio un giro de 180 grados. El artífice de las nuevas relaciones de colaboración lo fue Monseñor Cesar Zacchi, embajador del Vaticano en la isla, que se estrenó declarando que Cuba era pagana antes de la revolución y creyente con el comunismo".

La visita a Cuba comunista del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede, entre el 21 y el 26 de febrero pp., provocó malestar e indignación entre los fieles católicos de la isla y del destierro. Añadió el jefe de la diplomacia vaticana, de manera chocante, que "Cuba es la prueba de que el diálogo, si es sincero, siempre da frutos", pareciendo olvidar la advertencia evangélica de que un árbol malo jamás puede tener buenos frutos (S. Mateo 7, 18). Y no perdió la oportunidad de elogiar a monseñor Cesare Zacchi -nuncio apostólico durante los primeros años de la revolución comunista, tristemente célebre por su colaboración con el régimen, quien llegó a referirse a Castro como "un hombre con profundos valores cristianos"

Agrega que la juventud cubana llenaba las iglesias, como un modo indirecto de protestar contra Castro, y entonces apareció una carta pastoral (aunque no firmada por todos los obispos)¡ en la que se pedía al pueblo que "se esforzara trabajando para ayudar a la revolución a sacar a Cuba del subdesarrollo", sin aludir para nada a la dolorosa situación que padecía el país. El régimen conocía de antemano el contenido de la pastoral y envió grupos a que la aplaudieran en los templos.

"Los jóvenes católicos -dice Valladares- no podían dar crédito a lo que escucharon aquella mañana.

Exclamaciones de indignación y discusiones violentas se produjeron en algunos templos". Hubo sacerdotes que no quisieron dar lectura a la pastoral.

Entretanto, "el Nuncio del Vaticano aparecía fotografiado con Castro en fiestas y reuniones y seguía haciendo declaraciones. En una de ellas pedía a los jóvenes que ingresaran en las milicias comunistas para ayudar a Castro a defender la revolución de una agresión enemiga...

El colmo de todas aquellas declaraciones de monseñor Zacchi fueron las de que Castro era un hombre con profundos valores cristianos".

Con motivo del nuevo año de 1968, monseñor Zacchi ofreció una recepción en el palacio de la nunciatura apostólica, en La Habana, a la que invitó a Fidel Castro y se publicaron fotos de ambos, en amable camaradería. También estuvo presente monseñor Azcárate, obispo de Camaguey, y el delegado apostólico en el Canadá, monseñor Emmanuelle Clarizio. Cuando éste pasó por México, de regreso a Canadá, dijo que la religión era respetada por el gobierno de Castro Ruz.

En junio de ese mismo año, monseñor Zacchi declaró: "La Iglesia debe adaptarse a todos los regímenes... La Iglesia se ha dado cuenta de que la Revolución es irreversible. En esa situación establecida, la Iglesia ha debido empezar a pensar en su inserción dentro de la nueva sociedad... Por supuesto que Castro no es cristiano, ideológicamente; se ha declarado marxista leninista, pero yo lo considero, éticamente, un cristiano" (Declaraciones publicadas por la prensa mundial, no desmentidas). Monseñor Zacchi solía ir los domingos a la fiesta castrista del "corte de caña", en la que tantos cubanos participan como trabajadores cautivos.

A raíz del vuelo de un cosmonauta soviético, la revista "Verde Olivo" comentó que dicho vuelo arruinaba "el negocio del mito de Oíos al demostrar que éste no existe". Ser católico se convirtió en un obstáculo para cursar altos estudios o aspirar a un puesto público. Desde el primer año de primaria se inculcó el desprecio a todo sentimiento religioso.

Sin embargo, la Carta Pastoral que los obispos cubanos publicaron el 27 de abril de 1969 atribuye todas las penalidades de Cuba al "bloqueo establecido por Estados Unidos". La verdad es que jamás ha habido "bloqueo". Norteamérica no comercia directamente con Cuba, pero ésta lo hace con todo el mundo y recibe mercancías americanas a través de terceras manos.
HOTEL RIVIERA-Cuba

Valladares cita nombres de sacerdotes golpeados y presos, que no recibieron apoyo de monseñor Zacchi. Por el contrario, los atropellos eran minimizados. "Jamás se logró ya que la Iglesia Católica cubana levantara su voz para denunciar los crímenes o para pedir que cesaran los fusilamientos. No fue en aquella época sólo la Iglesia del silencio, sino algo más: fue la Iglesia de la complicidad". Palabras terribles, pero avaladas por hechos. Al llegar Castro Ruz al poder había 700 sacerdotes en Cuba. En 1984 sólo quedaban 116. Según la revista soviética "Ciencia y Religión", de enero de 1984, en 1960 el 89% de los cubanos eran católicos, yen 1984 el índice había bajado al 52%. Aun suponiendo que ésta (1 Itima cifra no sea la real, es evidente que la juventud cubana ha sido alejada de sus hogares y sometida a un persistente adoctrinamiento comunista en las escuelas y en los campos de trabajo, y esto debe tener su efecto.

Al llegar Castro al poder desconfió de los masones, a pesar de que había recibido ayuda de ellos; consideró que en muchos casos sólo eran partidarios de la "fraternidad" o buscadores de buenos puestos. En cambio, tuvo plena confianza en las organizaciones israelitas. De ahí la influencia de Fabio Grobart, militante de la Sección Hebrea de La Habana, al que se le nombró miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Abraham Simchovitch; judío polaco, es Fabio Grobart


El hombre de pequeña estatura, ya anciano, es Fabio Grobart y le corresponde presentar en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba celebrado en 1975, a su primer secretario.

La Casa de la Comunidad Hebrea, a cargo de Marcus Matterin, presidida por Boris Jarosvic, ha gozado de prerrogativas. Jaime Savusky fue acogido como redactor en el diario oficial "Granma"; Alfredo Yabur, como ministro de Justicia; Leví Farah, como alcalde de La Habana; José Esquenazi, como jefe de la Empresa Cubana del Petróleo, etcétera.

Muchas cosas justifican la declaración que el Congreso Judío Mundial hizo el 20 de diciembre de 1961:

"Estamos satisfechos porque el régimen cubano en el poder está dedicado a suprimir toda forma de discriminación racial".

Igualmente significativa fue la declaración del doctor lev Katz, editorialista del diario hebreo "Haaretz", invitado a las fiestas del 26 de julio de 1964: "Espero en América un cambio similar al ocurrido en Cuba".

¿Cuba vive ya "La hora de la gran desolación"? ...

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